A veces la gente se pregunta: si yo trabajo tanto, me levanto temprano, estudio una carrera, hago todo lo encomendado en mi empleo… me mato haciendo esto! ¿Por qué no veo los resultados? Cabe aclarar que el éxito no solo está en el “hacer”, sino que también está en el “ser”.
Operativo, es el que hace operaciones, sigue instrucciones, y su trabajo es motivado según sean las indicaciones que reciba éste de sus superiores. Si lo vemos desde la perspectiva organizacional, en la mayoría de los casos, lo operativo es el nivel más bajo dentro de una empresa o institución, ya que esa parte operativa es la que realiza el trabajo que realmente produce. No se requiere de muchos estudios para poder realizar un trabajo a nivel operativo, basta con que alguien haya finalizado la educación media (bachillerato) y estará listo para realizar dicho trabajo.
En este análisis sale a relucir una pregunta ¿Qué importa más, lo que se “hace” o lo que se “es”? Un amigo mío que trabaja para una empresa de alimentos muy conocida en mi país, no tiene estudios profesionales, únicamente realizó el bachillerato, sin embargo, actualmente está a cargo de 40 personas y de toda una planta de producción, y sobre todo, es responsable de que el trabajo que allí se haga sea con calidad y no deje que las ventas sean afectadas por los factores de tiempo de entrega, sabor y calidad; y por consiguiente le pagan como a un profesional de esa área. Cuando le pregunto a este amigo: ¿cómo te sientes trabajando allí? su respuesta es: “amo mi trabajo”, a pesar que tenga que trabajar más de 12 horas en algunas ocasiones.
En otro caso, conozco amigos que son profesionales (ingenieros, licenciados o doctores) quienes están desarrollando trabajos operativos, contestando algún teléfono, realizando una tarea de digitación, limpiando una máquina, cosiendo botones, etc y cuando les pregunto ¿cómo te sientes trabajando allí?, su respuesta es: “quisiera irme de allí”, “quiero algo mejor”, “ya no aguanto mi trabajo”.
En el primer caso, mi amigo llegó a ese puesto, comenzando desde un nivel operativo, a base a esfuerzo, dedicación, compromiso y sobre todo amor; en el segundo caso, debemos preguntarnos por qué esa persona no ha crecido, ¿le hará falta lo que acabo de mencionar, amor a su trabajo?
Debemos amar lo que hacemos, si no amamos lo que hacemos, difícilmente tendremos éxito en cualquier empresa que emprendamos. Vale la pena decirnos a nosotros mismos frases como esta:
- Si quiero educar bien a mis hijos, debo amarlos
- Si quiero tener un matrimonio feliz, debo amar a mi cónyuge
- Si quiero superarme en mi empleo, debo amarlo
- Si quiero lograr esa venta debo amar a mi cliente (por lo menos ponerme en su lugar y tratar de tener empatía con él)
- Si quiero crecer en mi negocio o carrera… debo amar lo que hago
Cuando uno ama algo, lo desea con más pasión, lucha por ese algo, lo busca constantemente.
Ese amor, cambia la perspectiva de las cosas, desde adentro hacia afuera. Hay que notar el efecto que causa el amar o desear algo con nuestras acciones. Es decir, de mi “ser” depende los resultados externos: el “hacer”.
Creo que puedo concluir que el “ser” hace que el “hacer” sea mejor… Si eres ingeniero, doctor, licenciado, obrero, fontanero, secretaria, mecánico, ama de casa o alguna otra cosa, entonces debes poner tus actividades en armonía con lo que eres, con lo que amas; debes buscarlo siempre, donde tu carrera, conocimientos o habilidades puedan estar al servicio de otros y así sentirme útil, es decir, dar lo mejor de tí, de tu “ser”, con amor. Si no, mejor ve pensando en cambiar de actividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario